Cual ha sido mi sorpresa al descubrir que cojer moras es considerado uno de los pequeños placeres de la vida, según
este libro. Nunca me lo hubiera planteado, pero bien pensado hay algunos motivos para que así sea. Coger moras es un pequeño gran placer porque me transporta a cuando era pequeña, y campar sola por Figuerola me hacia sentir el placer de la libertad. Y cuando ir de excursion a Font Barona era la mayor aventura que podías vivir en una tarde.
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Toma moras |
Tambíen por el placer que te da saber que "sólo tu" conoces esa zarza
llena de moras. Y la ilusión de llegar y ver que "nadie te las ha
tocado".
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Cara de felicidad contemplando los morotes |
Este
año todavia ha molado más, porque he ido con Leo. Para que desde bien
pequeño aprenda el duro arte de la recolección.
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3 generaciones recolectando moras |
Pero sobretodo, por que no hay nada mejor que degustar
una mermelada de moras en pleno invierno mientras recuerdas todos esos
momentos veraniegos. ¿La receta? Al más puro estilo ojo-de-buen-cubero:
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Balanza de alta precisión |
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Mermelada de moras Aquifistreamos |
La verdad, no se le
puede pedir nada más a un matojo lleno de espinas y arañas... Sales al campo, pasas un buen rato y encima luego, te pones morado. Bon profit.